Qué son los ataques epilépticos y qué características tienen

Aquí conocerás todo lo que necesitas saber sobre los ataques epilépticos.

Los ataques epilépticos son un trastorno neurológico que pone en predisposición al cerebro, para que este genere convulsiones frecuentemente, esto tiene como consecuencia problemas neurobiológicos, sociales, psicológicos y cognitivos.

Muchos pueden ser los causantes para que una persona sufra de ataques epilépticos, estos pueden ser: meningitis, una malformación, tumor cerebral, alcoholemia, entre otras. La mayoría de los ataques epilépticos son de origen desconocido y benigno. La fiebre, falta de sueño, abuso de alcohol o drogas pueden ser el desencadenante para que a una persona le dé un episodio de epilepsia.

Existen dos tipos de crisis

Crisis Generalizada

  • Es una descarga eléctrica del cerebro, en el que se involucra desde el inicio del ataque.

Crisis parcial

  • Es donde la crisis empieza en una zona determinada del cerebro, es decir que el área del problema está localizada. Pero con el tiempo esta puede o no generalizarse. Puede tener alteraciones en la conciencia.

Esta enfermedad también afecta a los animales, especialmente a los domésticos  como los perros o gatos, presentan los mismos síntomas que los de los humanos. El día nacional de los ataques epilépticos  en España se la celebra el 24 de mayo.

Los ataques epilépticos traen algunas complicaciones como

  • Neumonía
  • Efectos secundarios de las aspirinas
  • Daños cerebrales
  • Problemas de aprendizaje
  • Lesiones durante un episodio de epilepsia

Aquí te dejamos unos consejos para que puedas actuar durante los ataques epilépticos de una persona

  • Evitar que se golpeen o sufran caídas muy bruscas.
  • Ponerlo en el piso y alejarlo de objetos con los que se pueda lesionar.
  • Mantener la calma, aunque sea muy difícil.
  • Girar la cabeza de la persona que está sufriendo el ataque, para que pueda ser más fácil la respiración.
  • Nunca intenten abrir la boca o introducir un objeto, ya que este puede dañar un diente, la mandíbula o labio.
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