¿Por qué los tatuajes no se borran?

¿Por qué los tatuajes no se borran? Es una pregunta que intriga a aquellas personas que invariablemente si desean realizarse un tatuaje sienten curiosidad respecto al proceso del mismo y consecuencias futuras, y también genera dudas y preguntas en aquellos que nunca se taturon ni piensan hacerlo.

Por eso, en las próximas líneas daremos respuesta a esta incógnita. Seguí leyendo que te contamos todo...

Los tatuajes son permanentes debido que, a nivel celular, el depósito donde se efectuaron los pigmentos tiende a comportarse de manera infectiva crónica. En el momento que el tatuador pincha nuestro cuerpo y atraviesa con su aguja la capa más superficial de la piel, logra penetrar unos milímetros hasta llegar a la dermis, que es el estrato profundo del tejido cutáneo que se encuentra constituido por vasos sanguíneo, glándulas sudoríparas, folículos pilosos y nervios.

Esto provoca una diminuta herida que coloca en alerta al sistema inmune, generando una desligación en el proceso inflamatorio. La consecuencia más directa es que las células encargadas de la defensa acuden a la defensa y zampan la tinta con intensión de eliminar el elemento desconocido. Sin embargo, dichas células ignoran que el contenido que comerán ocasionará que sea teñido para siempre. Después, los pigmentos que sobran son absorbidos por los fibroblastos, que es la célula del tejido enfocada en secretar el colágeno y las proteínas elastina.

Dicho de otra forma, la causa principal por la que los dibujos quedan marcados en la piel es debido a que la tinta se asienta en la dermis. A medida que la epidermis comienza a renovar sus células, el metabolismo pertinente a la dermis no lleva a cabo la renovación celular, por lo que la tinta no se elimina y los tatuajes tienden a permanecer de por vida, a excepción, claro está, de ser removido a través de la técnica láser.